jueves, 25 de agosto de 2011

Noruega multicultural

*Gustavo Merino Fombona
Las doctrinas infinitas vomitadas parecen decirnos de modo inefable que el capítulo de las montañas rusas impuestas a colectivos y particulares basadas en los espejismos ilógicos de los absolutismos es, a casi toda escala, inevitable.

¿Cómo se cuela de la piel y del hígado de las sociedades, cráneos y acciones traídas desde el más sanguinario primitivismo en cualquiera de sus nomenclaturas ideológicas? Cuánto han padecido las naciones por psicópatas con el poder circunstancial de las armas, desde un delincuente raso hasta presidentes de países o de organizaciones bélicas del orbe. Un coletazo de esos manicomios desgracia mil o un millón de familias con una decisión.
 
Noruega, pilar y líder de la calidad existencial del mundo, envidia cívica del planeta, siendo en 2010 clasificado como el país con mejor índice de desarrollo humano (0,938), según estudios serios el país más pacífico del mundo y de seguridad plena. Hoy, casi ochenta jóvenes masacrados por abogar por la pluralidad, por compartir el desarrollo social. Sus lagos y fiordos bañados de sangre.
 
Eso obliga a una introspección en el mundo, más multiculturalidad, más humanismo, más poesía, esa debe ser la intensa brújula en producción y conductas. Ya ninguna esquina o parque mundial está exento de noticias vinculantes, por lo cual hay que proseguir en la bicicleta, en el peatón, en el conductor, en todo movimiento, deslastrarnos de la dialéctica turbada del fanatismo que aplaude las cavernas y soltar las linternas de la policulturalidad.
 
Mi salutación a los donceles noruegos caídos:

Puertas con pechos de vientos y canicas en tus dedos
amores de pétalos de arcoíris
cisnes y sueños en tus venas
eres cordilleras y aplausos de papagayos
tú que quisiste llenar de chocolates los paisajes
que lanzaste susurros de amor a los cielos de todas las tierras
que defendiste los colores y casaste las sonrisas
tejedor de veleros y ardillas de paz por los demás
que distes universos en tus primeras miradas
que creaste en tu oyente mil corazones
los vientres de las frutas y de los astros palpitan por tu defensa de culturas
que son el verso, violín y piano del humanismo
por ti
por mí
por los que están leyendo
por los que no leen.

*Profesor UCV-Unimet, policulturalidad@yahoo.es
Fuente: Últimas Noticias