viernes, 17 de enero de 2014

Comité Central,Buró Político,JCV,Nacionales,Politica 2014: Por una Nueva Correlación de Fuerzas

Tribuna Popular –Editorial Edición 231.- Con gran velocidad se está constatando el tema central que planteamos en el Editorial anterior, referido a la transcendencia de aprovechar el hecho de que en el 2014 no están previstas elecciones, para que el esfuerzo, trabajo, dedicación y tiempo de las organizaciones políticas y sociales que impulsamos el proceso revolucionario se dedique a las tan necesarias labores de concientización, organización y movilización del pueblo trabajador.

Asimismo, lo imperioso de abrir –desde todos los espacios del proceso de cambios, incluyendo al gobierno–, un debate nacional profundo sobre el concepto y naturaleza del Socialismo, que permita una caracterización realista del proceso en curso desde 1999 en nuestro país, que en términos de la Línea Política del PCV está definida como “una nueva fase de su larga lucha revolucionaria antiimperialista”*.

Las pugnas electoralistas, que hemos vivido casi anualmente en los últimos 15 años, comúnmente distorsionan el panorama político y no siempre permiten que se enfoque la atención hacia importantes problemas que deben atenderse y solventarse, dando pie incluso a los consabidos planteamientos acomodaticios de que “no debemos darle argumentos a la oposición”; y, por ende, “nada de críticas públicas, sino que se discutan a lo interno”, en espacios que nunca que se crean ni se propician.

En la Venezuela de hoy existen “particularidades presentes en la agudización de las contradicciones capital-trabajo y Estado burgués-clase trabajadora, en el marco de una creciente conflictividad laboral”, no sólo por los enfrentamientos de clase frente a los capitalistas, sino también por los enfrentamientos “a la élite pequeño-burguesa que se aferra al control de instituciones y empresas del Estado contra la resistencia organizada de las y los trabajadores que se empeñan por preservar derechos laborales conquistados y por ejercer su derecho a la democracia participativa y protagónica a través de organizaciones independientes y autónomas”.

Entre otras razones, esto está dado porque “predomina una heterogénea mezcla de concepciones idealistas y pequeño-burguesas acerca de la nueva sociedad (…) en los altos niveles de conducción política”, que no tienen “una concepción científica del socialismo, coherente y sólidamente fundamentada en los principios del materialismo histórico”, por lo que “el proceso de cambios carece de claridad en las definiciones claves para apalancar su avance en la dirección correcta”.

Y, simultáneamente, está la realidad de que “la propia clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo en general, no han alcanzado todavía en nuestro país el nivel necesario de conciencia, organización, claridad programática y movilización que le permitiría imponer su hegemonía de clase y forzar el rumbo de los acontecimientos en la dirección correcta”.
Reconociendo los aportes y limitaciones de las “fuerzas motrices del proceso iniciado en 1999” –y teniendo claro su perfil clasista de “fracciones de la pequeña burguesía, en alianza con sectores medios vinculados al funcionariado estatal incluyendo el estamento militar, y con la intelectualidad radicalizada”–, se pone sobre el tapete que “a menos que sea modificado [ese bloque de clases] bajo el influjo de un cambio en la correlación de fuerzas, carecerá de la vocación y el empuje necesarios para avanzar mucho más, y puede llegar a retrogradar y degenerar poniendo en peligro los avances democráticos y progresistas de la última década”.
Todos estos análisis y posiciones no deben recibirse –ni asumirse– con impaciencia, desesperación ni desesperanza por parte las fuerzas políticas y sociales que realmente enfocan su esfuerzo, trabajo, dedicación y tiempo a la liberación definitiva del pueblo venezolano de toda forma de explotación.

Lo que debe hacerse es tener claro el “objetivo general y fundamental de todo el trabajo político y de masas, ideológico y organizativo”, que se expresa en “la necesidad de producir una consistente y acelerada acumulación de fuerzas del movimiento obrero y popular que, cohesionadas en un sólido Bloque Popular Revolucionario (…), forjen una nueva correlación de fuerzas favorable a la clase obrera y al pueblo trabajador, es decir, a los factores políticos y sociales consecuentemente antiimperialistas y realmente interesados en la profundización del actual proceso de cambios”.

Ese es el reto central en el que debemos enfocar nuestra lucha, para el objetivo histórico de la toma revolucionaria del Poder y la victoria de la Revolución Socialista.

*Todas las referencias son de la Línea Política aprobada por el 14º Congreso del PCV, en agosto 2011.

Fuente: Tribuna Popular Nº 231 http://issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_231
Articulo Relacionado: Editorial 230 “Debemos Aprovechar el 2014” http://wp.me/p1Ko5W-1lK